Leyenda Árabe
Cruzado de brazos
sintió llegar
madurar y apagarse
una tras otras
las estaciones.
Y una tarde sin sol
vio pasar el carro fúnebre
de su último enemigo.
Cuando intentó
alzar la copa del brindis triunfal
su mano se volvió una flor rota
y su babeza llena de odio
se inclinó por última vez.
Cruzado de brazos
sintió llegar
madurar y apagarse
una tras otras
las estaciones.
Y una tarde sin sol
vio pasar el carro fúnebre
de su último enemigo.
Cuando intentó
alzar la copa del brindis triunfal
su mano se volvió una flor rota
y su babeza llena de odio
se inclinó por última vez.