Soneto sin sombra ii
Mas si viendo tus ojos, ya se evoca
Del mismo paraíso el otro cielo,
Hay un mundo, como isla de consuelo
Y desesperación que en sed disloca.
Es esa golosina de tu boca
Donde la seducción, hecha señuelo,
En tus dientes teclea y alza el vuelo
Pájaro-arpegio de cristal de roca.
Allí la luz palpita y se madura
En lo fresco y jugoso. Traza rura
En breve incendio, el rojo y nos conjura
Al deleite que en flor revienta en grito,
Viendo al milagro concretarse en fruta
Que el beso guarda en brasas de infinito.
Mas si viendo tus ojos, ya se evoca
Del mismo paraíso el otro cielo,
Hay un mundo, como isla de consuelo
Y desesperación que en sed disloca.
Es esa golosina de tu boca
Donde la seducción, hecha señuelo,
En tus dientes teclea y alza el vuelo
Pájaro-arpegio de cristal de roca.
Allí la luz palpita y se madura
En lo fresco y jugoso. Traza rura
En breve incendio, el rojo y nos conjura
Al deleite que en flor revienta en grito,
Viendo al milagro concretarse en fruta
Que el beso guarda en brasas de infinito.