Ya con la salud de celia
Ya con la salud de Celia,
viendo sus ojos divinos,
cielos los montes parecen,
y los valles paraísos.
Ya, al alba llena de flores,
perlas le daba el rocío,
la luna plata a la noche,
y el día al sol oro fino.
Ya como al sol la reciben,
cantando los pajarillos;
ya se le ríen las fuentes,
ya se le paran los ríos
ya se coronan las sierras
de romeros y tomillos,
mostrando en hojas, y en flores
esmeraldas y zafiros,
topacios y girasoles,
ya son turquesas los lirios,
las azucenas diamantes,
y los claveles jacintos.
Ya le daban los pastores
parabiones infinitos,
en tanto que la recibe
con esta canción Lucindo:
«Con salud, Zagala,
más bella que el sol,
bajéis a estos valles
a matar de amor.
Con salud bajéis
a matar de amores,
y a que broten flores
do los pies ponéis.
Mil años gocéis
vuestro hermoso Abril,
Celia, y otros mil,
dando luz al sol,
bajéis a estos valles
a matar de amor».
Ya con la salud de Celia,
viendo sus ojos divinos,
cielos los montes parecen,
y los valles paraísos.
Ya, al alba llena de flores,
perlas le daba el rocío,
la luna plata a la noche,
y el día al sol oro fino.
Ya como al sol la reciben,
cantando los pajarillos;
ya se le ríen las fuentes,
ya se le paran los ríos
ya se coronan las sierras
de romeros y tomillos,
mostrando en hojas, y en flores
esmeraldas y zafiros,
topacios y girasoles,
ya son turquesas los lirios,
las azucenas diamantes,
y los claveles jacintos.
Ya le daban los pastores
parabiones infinitos,
en tanto que la recibe
con esta canción Lucindo:
«Con salud, Zagala,
más bella que el sol,
bajéis a estos valles
a matar de amor.
Con salud bajéis
a matar de amores,
y a que broten flores
do los pies ponéis.
Mil años gocéis
vuestro hermoso Abril,
Celia, y otros mil,
dando luz al sol,
bajéis a estos valles
a matar de amor».