A la muerte del excelente actor isidoro maiquez
Tú solo el arte adivinar supiste
que los afectos acalora y calma:
tú la virtud robustecer del alma,
que al oro, al hierro, a la opresión resiste.
Inimitable actor, que mereciste
entre los tuyos la primera palma,
y amigo, alumno, y émulo de Talma,
la admiración del mundo dividiste.
¿A quién dejaste sucesor muriendo?
¿De quién ha de esperar igual decoro
la escena, que te pierde, y abandonas?
Así dijo Melpóneme, y vertiendo
lágrimas, en la tumba de Isidoro
cetros depone y púrpura y coronas.
Tú solo el arte adivinar supiste
que los afectos acalora y calma:
tú la virtud robustecer del alma,
que al oro, al hierro, a la opresión resiste.
Inimitable actor, que mereciste
entre los tuyos la primera palma,
y amigo, alumno, y émulo de Talma,
la admiración del mundo dividiste.
¿A quién dejaste sucesor muriendo?
¿De quién ha de esperar igual decoro
la escena, que te pierde, y abandonas?
Así dijo Melpóneme, y vertiendo
lágrimas, en la tumba de Isidoro
cetros depone y púrpura y coronas.