DestrucciÓn
Tu luz… tu tibia luz… tu luz de siempre,
huyendo por la boca de la noche
para volver después más delincuente.
Tu voz… tu agria voz… la que conoce
las agujas que existen en mi lengua
y el viejo paréntesis... enorme.
La noche sigue haciéndose perpetua;
es un ramillete de alaridos,
y es líquida memoria ya sin temas.
¿Has visto mi sonrisa en los caminos?
¿Verdad que te parezco un ángel blanco?
¿Verdad que soy tu hijo más querido?
Mi afable oído te estará escuchando
en el velorio del "Espurio Eterno"
¡Cuando este se derrumbe en el quebranto!
¿Verdad que te parezco un ángel bueno?
¿Verdad que te parezco un ángel blanco?
¡Atento siempre, tu respiro oyendo,
todo el furor de tu rencor amando!
Tu luz… tu tibia luz… tu luz de siempre,
huyendo por la boca de la noche
para volver después más delincuente.
Tu voz… tu agria voz… la que conoce
las agujas que existen en mi lengua
y el viejo paréntesis... enorme.
La noche sigue haciéndose perpetua;
es un ramillete de alaridos,
y es líquida memoria ya sin temas.
¿Has visto mi sonrisa en los caminos?
¿Verdad que te parezco un ángel blanco?
¿Verdad que soy tu hijo más querido?
Mi afable oído te estará escuchando
en el velorio del "Espurio Eterno"
¡Cuando este se derrumbe en el quebranto!
¿Verdad que te parezco un ángel bueno?
¿Verdad que te parezco un ángel blanco?
¡Atento siempre, tu respiro oyendo,
todo el furor de tu rencor amando!