Una y otra
¡Tan misteriosa es la vida
como la muerte, poeta!
Esta inmersión del espíritu
en la materia
(o en lo que así llamamos), estos grillos,
esta ceguera;
este gran desfilar de las cosas,
y la inconsistencia
de todo lo que amamos;
este adiós sin remedio que nos da cuanto alienta,
¿no son acaso un enigma,
y un gran enigma, poeta?
Este rodar de los años,
este arder de las estrellas,
esta ley inexorable del número y el espacio
que al Cosmos liga y sujeta,
¿no son más inexplicables,
si bien se piensa,
que el persistir de tu yo,
que la simple vida etérea
y sutil de nuestras almas,
su vibración que no cesa,
en los planos invisibles
de la REALIDAD ETERNA?
¡Tan misteriosa es la vida
como la muerte, poeta!
¡Tan misteriosa es la vida
como la muerte, poeta!
Esta inmersión del espíritu
en la materia
(o en lo que así llamamos), estos grillos,
esta ceguera;
este gran desfilar de las cosas,
y la inconsistencia
de todo lo que amamos;
este adiós sin remedio que nos da cuanto alienta,
¿no son acaso un enigma,
y un gran enigma, poeta?
Este rodar de los años,
este arder de las estrellas,
esta ley inexorable del número y el espacio
que al Cosmos liga y sujeta,
¿no son más inexplicables,
si bien se piensa,
que el persistir de tu yo,
que la simple vida etérea
y sutil de nuestras almas,
su vibración que no cesa,
en los planos invisibles
de la REALIDAD ETERNA?
¡Tan misteriosa es la vida
como la muerte, poeta!