Ruego
I
Dame, Señor, la gracia del olvido
Para todo lo que haya en mi dejado
—como estigma de sombra y de pecado—
el ánimo contrario y confundido.
Dame la plenitud de esto que pido:
Conciencia para verme reflejado
En el fuego que se ha purificado
Lo que soy, lo que fui, lo que he vivido.
Y después que ya me hayas concedido
La gracia de lavarme de la escoria,
Dame la luz y el aire con el día.
Dame para el camino la poesía,
Que yo con ella iré —modesta gloria—
Contando por ganado lo perdido.
II
Yo no te pido más sino que vuelvas
A encender esta lámpara quebrada
En las aristas ciegas de la nada,
Y que la luz con ella me devuelvas.
Yo no te pido más sino que absuelvas
Toda mi obscuridad encadenada,
Toda la lumbre que quedó empozada
Y que ahora te pido la resuelvas.
¿No le darás por fin claro sosiego
al alma que así clama y así ruega
desde su pozo de honda quemadura?
¡Responde a los clamores de mi ruego!
Que estoy velando entre la noche ciega
Por la mañana azul y el alba pura
I
Dame, Señor, la gracia del olvido
Para todo lo que haya en mi dejado
—como estigma de sombra y de pecado—
el ánimo contrario y confundido.
Dame la plenitud de esto que pido:
Conciencia para verme reflejado
En el fuego que se ha purificado
Lo que soy, lo que fui, lo que he vivido.
Y después que ya me hayas concedido
La gracia de lavarme de la escoria,
Dame la luz y el aire con el día.
Dame para el camino la poesía,
Que yo con ella iré —modesta gloria—
Contando por ganado lo perdido.
II
Yo no te pido más sino que vuelvas
A encender esta lámpara quebrada
En las aristas ciegas de la nada,
Y que la luz con ella me devuelvas.
Yo no te pido más sino que absuelvas
Toda mi obscuridad encadenada,
Toda la lumbre que quedó empozada
Y que ahora te pido la resuelvas.
¿No le darás por fin claro sosiego
al alma que así clama y así ruega
desde su pozo de honda quemadura?
¡Responde a los clamores de mi ruego!
Que estoy velando entre la noche ciega
Por la mañana azul y el alba pura