Para una enferma apurada
Para una enferma apurada
A un médico se llamó
Con tal prisa, que salió
Sin el bastón, ni la espada:
No importa que esto se note,
Dijo con modesto labio,
Que en mi oficio mata el sabio
Sin espada ni garrote.
Para una enferma apurada
A un médico se llamó
Con tal prisa, que salió
Sin el bastón, ni la espada:
No importa que esto se note,
Dijo con modesto labio,
Que en mi oficio mata el sabio
Sin espada ni garrote.