Nacido en Quel (La Rioja) el 19 de diciembre de 1796.
En Madrid cursa estudios de humanidades en el Real Colegio de Padres Escolapios de San Antonio Abad, que abandona en 1811 a consecuencia de la muerte de su padre.
Durante la guerra de la Independencia se alista como soldado voluntario y combate contra los franceses cuando aún era niño. Muy joven todavía, en 1818, hallándose de permiso en Jerez de la Frontera, recibió en un duelo una cuchillada que le causó la pérdida del ojo izquierdo. Esa mengua física, le inspiró el epigrama: «Dejóme el Sumo Poder».
Recibió las influencias en sus comedias de Leandro Fernández de Moratín: A la vejez, viruelas (1824), A Madrid me vuelvo (1828), Marcela o ¿a cuál de las tres? (1831), Elena (1834), Muérete ¡y verás! (1837) y El pelo de la dehesa (1840).
Escribió dramas históricos como Don Fernando el Emplazado (1837) y Vellido Dolfos (1839).
En su poesía incluye coplas populares, como en Sátira contra las costumbres del siglo XIX.
Autor además de artículos de costumbres y de crítica teatral.
Director de la Biblioteca Nacional desde 1847 a 1854 y miembro de la Real Academia Española desde 1837, donde colaboró en la redacción de la Gramática y en la novena edición del Diccionario.
Realizó traducciones en prosa y en verso, entre las que destacan las que hizo de Schiller, Racine y Voltaire.
Murió el 8 de noviembre de 1873 en Madrid.
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