Manos vitales
Tus manos, adiestradas para enjugar el llanto,
en cada cosa ponen su prestigio y su encanto.
Ligeras como el sobrio saludo mañanero,
tienen la sutileza nostálgica de enero.
Tus manos musicales, con olor a verano,
olvidan los recursos generosos del piano.
Cuando al marfil se enredan con avidez de notas
sobre teclas de espuma hay hambre de gaviotas.
Tus manos colonizan mis montes y mis llanos,
porque en mis litorales hay huellas de tus manos.
Manos confeccionadas con residuos de flores,
saben causar delicias y mitigar dolores.
Tus manos, impacientes obreras laboriosas,
poseen la virtud de ennoblecer las cosas.
Cuando el tiempo coloque su fardo en nuestros hombros
y nos lleve al reclamo de los propios escombros,
no quisiera más gloria -al mirar sin ver nada-
que tus manos marchitas me cierren la mirada.
Y será el mayor triunfo, de mis triunfos humanos,
llevarme la caricia postrera de tus manos.
Tus manos, adiestradas para enjugar el llanto,
en cada cosa ponen su prestigio y su encanto.
Ligeras como el sobrio saludo mañanero,
tienen la sutileza nostálgica de enero.
Tus manos musicales, con olor a verano,
olvidan los recursos generosos del piano.
Cuando al marfil se enredan con avidez de notas
sobre teclas de espuma hay hambre de gaviotas.
Tus manos colonizan mis montes y mis llanos,
porque en mis litorales hay huellas de tus manos.
Manos confeccionadas con residuos de flores,
saben causar delicias y mitigar dolores.
Tus manos, impacientes obreras laboriosas,
poseen la virtud de ennoblecer las cosas.
Cuando el tiempo coloque su fardo en nuestros hombros
y nos lleve al reclamo de los propios escombros,
no quisiera más gloria -al mirar sin ver nada-
que tus manos marchitas me cierren la mirada.
Y será el mayor triunfo, de mis triunfos humanos,
llevarme la caricia postrera de tus manos.