No estimes, no
No estimes, no, por afrentoso el ñudo
que con esclava te enlazó tan bella;
pues otra ya, menos ermosa que ella,
a Aquiles arder pudo.
Agamemnón, la prez y 'onor deel griego
vando, ¿triunfo no fue de su cativa?;
y otra la condición de Aiace altiva
rendir pudo a su fuego.
¿Qué, Tirso? ¿no será que ilustre padre
engendrase a tu Fili, y que los çielos
le diesen, como a ti, nobles abuelos?,
si no bien igual madre.
Su aquel ánimo, almenos, generoso;
aquel su coraçón assí arredrado
de interés y doblez, no fue heredado,
no, de padre afrentoso.
¡Y el rostro! ¿Dó se vio par hermosura?
¡Qué pie!, ¡qué manos tan a tomo hechas!
Sano la alabo, Tirso, ¿qué sospechas?
Ya la edad me asegura.
No estimes, no, por afrentoso el ñudo
que con esclava te enlazó tan bella;
pues otra ya, menos ermosa que ella,
a Aquiles arder pudo.
Agamemnón, la prez y 'onor deel griego
vando, ¿triunfo no fue de su cativa?;
y otra la condición de Aiace altiva
rendir pudo a su fuego.
¿Qué, Tirso? ¿no será que ilustre padre
engendrase a tu Fili, y que los çielos
le diesen, como a ti, nobles abuelos?,
si no bien igual madre.
Su aquel ánimo, almenos, generoso;
aquel su coraçón assí arredrado
de interés y doblez, no fue heredado,
no, de padre afrentoso.
¡Y el rostro! ¿Dó se vio par hermosura?
¡Qué pie!, ¡qué manos tan a tomo hechas!
Sano la alabo, Tirso, ¿qué sospechas?
Ya la edad me asegura.