Esta autora argentina se inscribió en las corrientes neorrománticas de principios de siglo.
En su corta vida gozó de fama por su activismo político, y su denuncia de las corrupciones intelectuales y sociales.
Era temida por sus ácidas críticas aparecidas en Verde Memoria, revista que editó junto al escritor Juan Rodolfo Wilcock entre 1942 y 1944.
Defensora a ultranza de la juventud argentina, publicó su obra en diarios y publicaciones bonaerenses. Lo suyo fue sin duda una la al límite, debido a lo comprometido de su actitud, y a lo cuantioso de sus enemigos. Sus libros, Alba gris 1929-1938 (1938) y el póstumo Los días perdidos (1947).
Fuente: Manuel Francisco Reina.
soneto de la muerte
Oh, no, espera un poco, hermosa muerte, quiero vivir, tu cabellera oscura roza mi piel intacta...[leer completo]
Oh, no, espera un poco, hermosa muerte, quiero vivir, tu cabellera oscura roza mi piel intacta...
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