Letrilla xxiii
La turbación
Id, mansas ovejas,
a templar la sed
al abrevadero
del fresco vergel:
las yerbas del margen
golosas paced,
mientras que a la cita
parece mi bien;
y a Dafne ultrajada
¡ay Dios! ¿Qué diré
si sabe que he sido
a su amor infiel?
Sin duda más vale
negar con doblez,
quejándome luego
de tanto desdén.
Mas ¡ah!, que ya llega,
cesó mi altivez,
y ni aun disculparme
conturbado sé.
La turbación
Id, mansas ovejas,
a templar la sed
al abrevadero
del fresco vergel:
las yerbas del margen
golosas paced,
mientras que a la cita
parece mi bien;
y a Dafne ultrajada
¡ay Dios! ¿Qué diré
si sabe que he sido
a su amor infiel?
Sin duda más vale
negar con doblez,
quejándome luego
de tanto desdén.
Mas ¡ah!, que ya llega,
cesó mi altivez,
y ni aun disculparme
conturbado sé.