Soneto a la boca y ojos de su dama implorando piedad
El Sol a noble furia se provoca
cuando sin luz lo dejas descontento,
y, por gozarte, enfrena el movimiento
el aura, que de gloria se retoca;
tus bellos ojos y tu dulce boca,
de luz divina y de oloroso aliento,
envidia el claro sol y adora el viento,
por lo que el uno ve y el otro toca.
Ojos y boca, que tenéis costumbre
de darme vida, honraos con más despojos;
mi ardiente amor vuestra piedad invoca.
Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca.
El Sol a noble furia se provoca
cuando sin luz lo dejas descontento,
y, por gozarte, enfrena el movimiento
el aura, que de gloria se retoca;
tus bellos ojos y tu dulce boca,
de luz divina y de oloroso aliento,
envidia el claro sol y adora el viento,
por lo que el uno ve y el otro toca.
Ojos y boca, que tenéis costumbre
de darme vida, honraos con más despojos;
mi ardiente amor vuestra piedad invoca.
Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca.