OcÉano primero
Para mirar la luna amortecida,
y beber
el agua plateada de la tarde,
hemos venido aquí.
Con la mirada
teñida de abedules y patrias desabridas.
Con una hoja de acero entre los ojos,
y en los labios el sabor acerbo de algún vino.
Para mirar la luna amortecida,
y beber
el agua plateada de la tarde,
hemos venido aquí.
Con la mirada
teñida de abedules y patrias desabridas.
Con una hoja de acero entre los ojos,
y en los labios el sabor acerbo de algún vino.