Dia nublado
Bajo las nubes plúmbeas y letíferas
brinca el recuerdo, fugitivo y rancio,
y en las calmas beatas y somníferas
palpita una fatiga de cansancio.
Recorta el monte su silueta bruna
en una fiebre mística de asceta,
pues lejos de Guayama, goza una
hiperbólica paz de anacoreta.
La conciencia del dombo se ennegrece,
cual la de un criminal, y desfallece
en la seda de exótico desmayo;
le nacen al dolor siete raíces,
y en la pizarra de los cielos grises
Dios escribe su nombre con el rayo.
Bajo las nubes plúmbeas y letíferas
brinca el recuerdo, fugitivo y rancio,
y en las calmas beatas y somníferas
palpita una fatiga de cansancio.
Recorta el monte su silueta bruna
en una fiebre mística de asceta,
pues lejos de Guayama, goza una
hiperbólica paz de anacoreta.
La conciencia del dombo se ennegrece,
cual la de un criminal, y desfallece
en la seda de exótico desmayo;
le nacen al dolor siete raíces,
y en la pizarra de los cielos grises
Dios escribe su nombre con el rayo.