Al libro de las fundaciones de santa teresa de jesús
Bien probáis que quien se humilla
crece, oh virgen, hasta el Cielo,
pues le fundáis un Carmelo
en cada humilde casilla;
demás que otra maravilla
merecen ver superior:
que las bańa un resplandor
tan apacible y tan fuerte,
que en cada cual se convierte
vuestro Carmelo en Tabor.
Bien probáis que quien se humilla
crece, oh virgen, hasta el Cielo,
pues le fundáis un Carmelo
en cada humilde casilla;
demás que otra maravilla
merecen ver superior:
que las bańa un resplandor
tan apacible y tan fuerte,
que en cada cual se convierte
vuestro Carmelo en Tabor.