No logro
No logro reconocer el exceso
de esta luna urbana
que ayer
se embriagaba de azahares entre mis naranjos.
Aquí no es la luna más
que una lágrima
en el cuenco de la noche, una lágrima redonda
con su dolor inmenso.
No logro reconocer el exceso
de esta luna urbana
que ayer
se embriagaba de azahares entre mis naranjos.
Aquí no es la luna más
que una lágrima
en el cuenco de la noche, una lágrima redonda
con su dolor inmenso.