El mundo de tu mano
Cuando del brazo leas mis poemas
de una noche callada y encendida,
blanca y frágil, la frase nunca oída
ira cambiando todos tus esquemas.
La esencia es fuego y frío, no le temas.
todo se aprende con tiempo y medida: los inviernos de cada despedida,
los veranos de amor con que te quemas.
Yo escribo, echo de menos la ventana
que nos hizo de puerta hacia la luna
y nos traía el sol en la mañana.
Nada en este pesar ha sido en vano.
Tu sigues siendo luz como ninguna,
yo sigo viendo el mundo de tu mano.
Cuando del brazo leas mis poemas
de una noche callada y encendida,
blanca y frágil, la frase nunca oída
ira cambiando todos tus esquemas.
La esencia es fuego y frío, no le temas.
todo se aprende con tiempo y medida: los inviernos de cada despedida,
los veranos de amor con que te quemas.
Yo escribo, echo de menos la ventana
que nos hizo de puerta hacia la luna
y nos traía el sol en la mañana.
Nada en este pesar ha sido en vano.
Tu sigues siendo luz como ninguna,
yo sigo viendo el mundo de tu mano.