Juana de ibarborou
Era temprano aún para el alma poeta,
para sus limpias dalias;
pero en la noche rota
hubo un olor de cirios y naranjas.
Una hilandera oscura tejió un vestido blanco
para cubrir a Juana.
Amada, hay una voz,
que desde el sur nos llama.
Es un llanto de higuera sin piropos.
Es una cuna ya sin esperanzas.
Son los pinos que gimen junto a río andariego por el adiós de Juana.
Amada, nuestro amor hecho de plumas
es un trino de fe para las ramas;
pero pongamos en el nido ajeno
la piedad de una lágrima...
iQue ya no habrá más rosas prodigiosas
en las manos der Juana!
Era temprano aún para el alma poeta,
para sus limpias dalias;
pero en la noche rota
hubo un olor de cirios y naranjas.
Una hilandera oscura tejió un vestido blanco
para cubrir a Juana.
Amada, hay una voz,
que desde el sur nos llama.
Es un llanto de higuera sin piropos.
Es una cuna ya sin esperanzas.
Son los pinos que gimen junto a río andariego por el adiós de Juana.
Amada, nuestro amor hecho de plumas
es un trino de fe para las ramas;
pero pongamos en el nido ajeno
la piedad de una lágrima...
iQue ya no habrá más rosas prodigiosas
en las manos der Juana!