Deja
Deja que te planten cara
cuando les hables y deja
que entre insultos y amenazas
cicatrice tu paciencia.
Deja que te cuenten males
y te recuenten problemas,
que te midan con las varas
de sus propias experiencias;
que te presagien abismos
y que te auguren cadenas
mientras proponen remedios
para curar tus dolencias.
Deja que palpen tu alma
con los guantes de sus ciencias,
que siembren raíles hondos
para encarrilar tu idea;
deja que te nombren ríos
donde sus aguas no llegan
y que soplen en tus llamas
para aliviar sus conciencias.
Y después, cabalga el potro
de tu silencio y aleja
tu vida hacia lo que buscas
sin esperar que te entiendan.
Deja que te planten cara
cuando les hables y deja
que entre insultos y amenazas
cicatrice tu paciencia.
Deja que te cuenten males
y te recuenten problemas,
que te midan con las varas
de sus propias experiencias;
que te presagien abismos
y que te auguren cadenas
mientras proponen remedios
para curar tus dolencias.
Deja que palpen tu alma
con los guantes de sus ciencias,
que siembren raíles hondos
para encarrilar tu idea;
deja que te nombren ríos
donde sus aguas no llegan
y que soplen en tus llamas
para aliviar sus conciencias.
Y después, cabalga el potro
de tu silencio y aleja
tu vida hacia lo que buscas
sin esperar que te entiendan.