Robo
El embrujo que hicieron para siempre
a esta enjoyada casa de oraciones;
ha dejado una progenie de palomas
volando aturdidas en la noche.
Es inútil rezar
otros lo hicieron ya
y la deidad…
hoy no quiere ayudar,
ya no responde.
Voy a hacer con la sangre regulada
que escurre de estos náufragos salobres;
un colorante rojo
para escribir en planas sobre el mar
salmos que lean venideras voces.
El dios de las tinieblas y los sueños
arruinó mis metrópolis.
Las jóvenes estrellas de los campos
ahora desconocen
las normas eternas que predica;
histérico, el Ministro de este orbe.
¿Qué proceso del tiempo, entre su mente,
vació la entraña de mujeres y hombres,
y puso un veneno que se va
huyendo al exorcismo de mis voces?
«En la presencia mía… ¡Nunca te multipliques!
A mi pequeña planta… ¡No destruyas el brote!
A mi barbado espectro… ¡Con tu ulular no asustes!
Carámbano de frío sentimiento,
cae ante el prodigio de mi golpe.»
Hoy sigo erigiendo más viviendas
en lugares perfectos donde a dioses
nacidos en Caldea y Babilonia
aún hay quien mencione.
Voy a exponerte al viento,
dios de abominaciones,
para que tú devuelvas
mi equilibrado nombre.
Deidad que habitas
de frágiles sueños el abdomen;
sin respetar la tea
de la heredad más noble.
El embrujo que hicieron para siempre
a esta enjoyada casa de oraciones;
ha dejado una progenie de palomas
volando aturdidas en la noche.
Es inútil rezar
otros lo hicieron ya
y la deidad…
hoy no quiere ayudar,
ya no responde.
Voy a hacer con la sangre regulada
que escurre de estos náufragos salobres;
un colorante rojo
para escribir en planas sobre el mar
salmos que lean venideras voces.
El dios de las tinieblas y los sueños
arruinó mis metrópolis.
Las jóvenes estrellas de los campos
ahora desconocen
las normas eternas que predica;
histérico, el Ministro de este orbe.
¿Qué proceso del tiempo, entre su mente,
vació la entraña de mujeres y hombres,
y puso un veneno que se va
huyendo al exorcismo de mis voces?
«En la presencia mía… ¡Nunca te multipliques!
A mi pequeña planta… ¡No destruyas el brote!
A mi barbado espectro… ¡Con tu ulular no asustes!
Carámbano de frío sentimiento,
cae ante el prodigio de mi golpe.»
Hoy sigo erigiendo más viviendas
en lugares perfectos donde a dioses
nacidos en Caldea y Babilonia
aún hay quien mencione.
Voy a exponerte al viento,
dios de abominaciones,
para que tú devuelvas
mi equilibrado nombre.
Deidad que habitas
de frágiles sueños el abdomen;
sin respetar la tea
de la heredad más noble.