Las mujeres de margarita
Donde todos se burlan del otoño,
de las puestas de sol y de las albas
que hubo ayer,
tengo mi harén.
Me lo dio Márgara…
antes de volverse loca,
antes de marcharse a investigar
el humano genoma,
antes de lanzarse a construir
bombas atómicas,
antes de irse a buscar a un recién muerto
que se llamara Lázaro.
De las huríes que me dio,
algunas están ya muy besadas;
otras tienen genuina piel morada,
pelo lila o rosáceo…
Y ojos que adivinan mis palabras.
Nunca se enfadan…
si llego tarde a casa.
Ni me engañan
con eunucos de caras arrugadas
cuando salgo con mis bueyes de silencio
a cultivar almácigas.
Ahora, tengo un norte.
Ojalá nunca Márgara,
recupere su salud mental
como Don Quijote.
Ni regrese a pedirme
que le devuelva sus mujeres.
Ojalá Márgara…
sea como esas abejas que se pierden
en los campos de alfalfa.
En mi alrededor…
la tierra ahora respira,
sube y baja su pecho
lleno de flores y de espigas.
Música de flautas de carrizo
corre por mi serrallo,
sale por los postigos
y busca altoparlantes
para decir al mundo
que las mujeres de Márgara
son felices conmigo.
Donde todos se burlan del otoño,
de las puestas de sol y de las albas
que hubo ayer,
tengo mi harén.
Me lo dio Márgara…
antes de volverse loca,
antes de marcharse a investigar
el humano genoma,
antes de lanzarse a construir
bombas atómicas,
antes de irse a buscar a un recién muerto
que se llamara Lázaro.
De las huríes que me dio,
algunas están ya muy besadas;
otras tienen genuina piel morada,
pelo lila o rosáceo…
Y ojos que adivinan mis palabras.
Nunca se enfadan…
si llego tarde a casa.
Ni me engañan
con eunucos de caras arrugadas
cuando salgo con mis bueyes de silencio
a cultivar almácigas.
Ahora, tengo un norte.
Ojalá nunca Márgara,
recupere su salud mental
como Don Quijote.
Ni regrese a pedirme
que le devuelva sus mujeres.
Ojalá Márgara…
sea como esas abejas que se pierden
en los campos de alfalfa.
En mi alrededor…
la tierra ahora respira,
sube y baja su pecho
lleno de flores y de espigas.
Música de flautas de carrizo
corre por mi serrallo,
sale por los postigos
y busca altoparlantes
para decir al mundo
que las mujeres de Márgara
son felices conmigo.