Un blanco, pequeñuelo y bel cordero...
Un blanco, pequeñuelo y bel cordero
Vandalio para Dórida criaba,
cuando viendo que el lobo lo llevaba,
dijo alzando la voz, airado y fiero:
"¡Al lobo, al lobo, canes, que os espero,
Argo, Trasileón, Melampo y Brava!
¡Hélo!, Brava lo alcanza y, ¡hélo!, traba.
Soltado lo ha el traidor, por ir ligero.
Ya lo veo y lo alcanzo, ya lo tomo;
ya se embosca el traidor, ya deja el robo;
ya mis canes se vuelven victoriosos."
Así decía Vandalio, y no sé cómo
por entre aquellos álamos ombrosos
Eco resuena ahora: '¡Al lobo, al lobo!'
Un blanco, pequeñuelo y bel cordero
Vandalio para Dórida criaba,
cuando viendo que el lobo lo llevaba,
dijo alzando la voz, airado y fiero:
"¡Al lobo, al lobo, canes, que os espero,
Argo, Trasileón, Melampo y Brava!
¡Hélo!, Brava lo alcanza y, ¡hélo!, traba.
Soltado lo ha el traidor, por ir ligero.
Ya lo veo y lo alcanzo, ya lo tomo;
ya se embosca el traidor, ya deja el robo;
ya mis canes se vuelven victoriosos."
Así decía Vandalio, y no sé cómo
por entre aquellos álamos ombrosos
Eco resuena ahora: '¡Al lobo, al lobo!'