Sobre el volcan de taal
El aire matinal con tenue halago
riza el cristal apenas; en el lago
la montaña reposa; el cráter ciego
no guarda ya memoria de su fuego.
La paz de un día en la quietud se fragua
divina de aire, fuego, tierra y agua.
El aire matinal con tenue halago
riza el cristal apenas; en el lago
la montaña reposa; el cráter ciego
no guarda ya memoria de su fuego.
La paz de un día en la quietud se fragua
divina de aire, fuego, tierra y agua.