Tu amor es un martirio
Por tus manos de cera, por tu frente de lirio,
por tus senos -dos rosas de castilla en botón-,
¡tu amor es un martirio
...y es una tentación!...
Porque tienes los ojos como brasas y tienes
en el alma un perfume y en la boca una flor;
porque sabes lo negro de mis cuitas y vienes
añorando ternezas y olvidando desdenes
a encenderme la sangre con un beso de amor;
porque un día llegaste, de mi pecho al santuario
y rompiste los ídolos y apagaste la luz;
porque luego formaste de mi vida un Calvario,
de mi amor una Cruz;
porque vuelas en torno de mi pena tediosa
y en el muro te clavas de mi vida interior;
porque bebes las mieles que secreta la rosa
de mis íntimos huertos ¡oh fugaz mariposa
de las alas obscuras, que presagias dolor!;
porque, a veces, buscamos el placer escondido
en las noches nupciales de infinita pasión;
porque, a veces, me clavas en la cruz del olvido
y en los dardos de oro que robaste a cupido,
vas mandando tormentos para mi corazón;
Porque anhelo el contacto de tu carne de lirio,
que me ofrece la grata sensación de vivir;
porque sabes, amada, producirme delirio,
¡tu amor es un martirio!
es un dulce martirio... ¡que yo quiero sufrir!...
Por tus manos de cera, por tu frente de lirio,
por tus senos -dos rosas de castilla en botón-,
¡tu amor es un martirio
...y es una tentación!...
Porque tienes los ojos como brasas y tienes
en el alma un perfume y en la boca una flor;
porque sabes lo negro de mis cuitas y vienes
añorando ternezas y olvidando desdenes
a encenderme la sangre con un beso de amor;
porque un día llegaste, de mi pecho al santuario
y rompiste los ídolos y apagaste la luz;
porque luego formaste de mi vida un Calvario,
de mi amor una Cruz;
porque vuelas en torno de mi pena tediosa
y en el muro te clavas de mi vida interior;
porque bebes las mieles que secreta la rosa
de mis íntimos huertos ¡oh fugaz mariposa
de las alas obscuras, que presagias dolor!;
porque, a veces, buscamos el placer escondido
en las noches nupciales de infinita pasión;
porque, a veces, me clavas en la cruz del olvido
y en los dardos de oro que robaste a cupido,
vas mandando tormentos para mi corazón;
Porque anhelo el contacto de tu carne de lirio,
que me ofrece la grata sensación de vivir;
porque sabes, amada, producirme delirio,
¡tu amor es un martirio!
es un dulce martirio... ¡que yo quiero sufrir!...