Consejos al joven fidias
Cuando la fiera te haya indicado el camino,
espera un poco todavía,
porque no conoces el mundo, Fidias,
y puede ser que las voces
y los abedules te confundan.
El invierno es el reino de las sombras.
Y ya que hablamos en la intimidad, déjame darte otro consejo.
Ten siempre al alcance de la mano el caramillo de Medea
por si necesitas ayuda de Ceres o de Clímaco.
Haz un buen fuego cada noche
y esparce las cenizas en la mañana.
No te desvíes del camino ni aunque se desate la tormenta.
Ah, y al país aquel lejano no lo nombres
así te amenacen con la ceguez, que es lo peor de todo.
Ya sabes lo susceptibles que son los centinelas del límite.
Cuando la fiera te haya indicado el camino,
espera un poco todavía,
porque no conoces el mundo, Fidias,
y puede ser que las voces
y los abedules te confundan.
El invierno es el reino de las sombras.
Y ya que hablamos en la intimidad, déjame darte otro consejo.
Ten siempre al alcance de la mano el caramillo de Medea
por si necesitas ayuda de Ceres o de Clímaco.
Haz un buen fuego cada noche
y esparce las cenizas en la mañana.
No te desvíes del camino ni aunque se desate la tormenta.
Ah, y al país aquel lejano no lo nombres
así te amenacen con la ceguez, que es lo peor de todo.
Ya sabes lo susceptibles que son los centinelas del límite.