Naturaleza muerta
En cada cuerpo se esconden otros cuerpos
más bellos. En cada atardecer un sólo
atardecer, como el sonido apagado de la lluvia
o el rumor oscuro de alguna voz, aquella
otra voz de madre y musgo cuerpo adentro.
Siento un calor como de dios y de mujer,
y de hermosura. Una asfixia en los labios,
un vago desear algo impreciso y tibio
en lo hondo del vino.
En cada cuerpo se esconden otros cuerpos
más bellos. En cada atardecer un sólo
atardecer, como el sonido apagado de la lluvia
o el rumor oscuro de alguna voz, aquella
otra voz de madre y musgo cuerpo adentro.
Siento un calor como de dios y de mujer,
y de hermosura. Una asfixia en los labios,
un vago desear algo impreciso y tibio
en lo hondo del vino.