LibÉlulas
Se estremece la tarde
con la brisa.
El mundo es infinito.
Las libélulas
se aproximan, verdosas,
hasta el agua.
Las amé,
en su vuelo tan leve,
en su instante,
en su quietud perfecta
de cristal.
En su eco de luz
(que es junco
inmarcesible)
Las amé,
junto al agua.
Se estremece la tarde
con la brisa.
El mundo es infinito.
Las libélulas
se aproximan, verdosas,
hasta el agua.
Las amé,
en su vuelo tan leve,
en su instante,
en su quietud perfecta
de cristal.
En su eco de luz
(que es junco
inmarcesible)
Las amé,
junto al agua.