Soneto del licenciado joan de faría, abogado y relator en la audiencia de ranada
Dichosa edad que aquel siglo dorado
aventaja el febeo movimiento,
y en cuanto ha rodeado el firmamento
en nuestra España el fruto ha mejorado.
Con un Apolo nuevo, enamorado
de Dafne no, de Angélica contento,
sus lágrimas cantando y su lamento,
del árbol que ellas riegan laureado.
Parnaso y Citerón con nuevas flores,
adornan frente y sien del nuevo Apolo
por mano de sus musas, confesando,
se mueren por Angélica de amores,
después que está sus lágrimas cantando
nuestro español ibero, Soto solo.
Dichosa edad que aquel siglo dorado
aventaja el febeo movimiento,
y en cuanto ha rodeado el firmamento
en nuestra España el fruto ha mejorado.
Con un Apolo nuevo, enamorado
de Dafne no, de Angélica contento,
sus lágrimas cantando y su lamento,
del árbol que ellas riegan laureado.
Parnaso y Citerón con nuevas flores,
adornan frente y sien del nuevo Apolo
por mano de sus musas, confesando,
se mueren por Angélica de amores,
después que está sus lágrimas cantando
nuestro español ibero, Soto solo.