Servir a buenos
¡Oh lágrimas de amor, dulce violencia!
¡Oh llanto poderoso, oh fuerte encanto!
¡Oh sirena fingida, a cuyo canto
calla el rigor y duerme la prudencia!
Contigo no hay valor, poder ni ciencia,
que puede tanto un amoroso llanto,
que el cielo, con poder y saber tanto
no tiene para el llanto resistencia.
Pues siendo de mujer, celos y enojos
ni aun agravios sabrán mover el labio,
sino darle mil almas por despojos.
No se fie el más cuerdo, honrado y sabio,
porque si espera ver llorar sus ojos,
perdonará después cualquier agravio.
¡Oh lágrimas de amor, dulce violencia!
¡Oh llanto poderoso, oh fuerte encanto!
¡Oh sirena fingida, a cuyo canto
calla el rigor y duerme la prudencia!
Contigo no hay valor, poder ni ciencia,
que puede tanto un amoroso llanto,
que el cielo, con poder y saber tanto
no tiene para el llanto resistencia.
Pues siendo de mujer, celos y enojos
ni aun agravios sabrán mover el labio,
sino darle mil almas por despojos.
No se fie el más cuerdo, honrado y sabio,
porque si espera ver llorar sus ojos,
perdonará después cualquier agravio.