Soneto a mi esposa
Cuando en mis venas férvidas ardía
la fiera juventud, en mis canciones
el tormentoso afán de las pasiones
con dolorosas lágrimas vertía.
Hoy a ti las dedico, esposa mía,
cuando el amor más libre de ilusiones
inflama nuestros puros corazones
y sereno y de paz nos hice el día.
Así perdido en turbulentos mares
mísero navegante al cielo implora,
cuando le aqueja la tormenta grave;
y del naufragio libre, en los altares
consagra fiel a la deidad que adora
las húmedas reliquias de su nave.
Cuando en mis venas férvidas ardía
la fiera juventud, en mis canciones
el tormentoso afán de las pasiones
con dolorosas lágrimas vertía.
Hoy a ti las dedico, esposa mía,
cuando el amor más libre de ilusiones
inflama nuestros puros corazones
y sereno y de paz nos hice el día.
Así perdido en turbulentos mares
mísero navegante al cielo implora,
cuando le aqueja la tormenta grave;
y del naufragio libre, en los altares
consagra fiel a la deidad que adora
las húmedas reliquias de su nave.