Del tiempo mismo
Se cansan los relojes
Pesan inseguros
Se apagan
Les resta alegría
La tarde
Se quedan maldiciendo
Contando hasta sesenta
Su prematura vejez
Y el hombre sigue, sigue
Después de las seis
Se cansan los relojes
Pesan inseguros
Se apagan
Les resta alegría
La tarde
Se quedan maldiciendo
Contando hasta sesenta
Su prematura vejez
Y el hombre sigue, sigue
Después de las seis