Poemas de JOSÉ ASUNCIÓN SILVA

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JOSÉ ASUNCIÓN SILVA
José Asunción Silva (1865-1896). Poeta colombiano, cuya vida apasionante y trágica le sirvió de tema para desarrollar la obra más ambiciosa de la poesía colombiana que marcó el tránsito entre el romanticismo y el modernismo.

2. UNA VIDA ROMÁNTICA

Nació en Bogotá, de una familia acomodada. Estudió en colegios privados y, como era un joven de gran belleza, sus compañeros le llamaban José Presunción. Pronto comenzó a asistir a la tertulia literaria que su padre, escritor costumbrista y académico, mantenía en su casa, en la que era muy apreciado. Así pues, su juventud transcurrió en la placidez propia de una existencia burguesa que años más tarde se troncaría en una vida bohemia amenazada por la tragedia.

Viajó a Europa en 1885, donde conoció la obra de los simbolistas y trabó amistad con Oscar Wilde y Stéphane Mallarmé. A su vuelta a la ciudad natal, se hizo cargo de la tienda de porcelanas y objetos de arte de su familia por la muerte del padre, pero, bien por las deudas contraídas, bien por su mala gestión, el negocio fue a la quiebra. Su hermana Elvira, con la que se sentía muy unido, murió en 1891, lo que le produjo un hundimiento moral. Ante esta situación, los amigos consiguieron para él del Gobierno el cargo de secretario de legación en Caracas (1894) y, a su regreso, el barco en que viajaba naufragó, perdiéndose en el accidente, según hubo de referir él mismo, gran parte de sus trabajos literarios, que Silva consideraba los mejores y que permanecerán para siempre en un novelesco misterio.

De nuevo en Bogotá intentó rehacer sus negocios en la industria, sin ningún éxito. Ante este fracaso moral y personal, se hundió en una desesperación que le llevó al suicidio, que tuvo tintes novelescos, pues pidió a un amigo que le marcara en el traje el lugar del corazón, para asegurar la eficacia del tiro que tenía pensado dispararse. El 23 de mayo de 1896 acabó con su vida.

3. UNA OBRA AVANZADA PARA SU ÉPOCA

Si bien Silva proviene del romanticismo, se le considera un antecedente inmediato del modernismo, sobre todo por su poema emblemático “Nocturno III”. La audacia de sus figuras y la personalidad de su lenguaje acentúan su originalidad creativa. Y es que Silva hace propias las influencias recibidas: Campoamor, Gustavo Adolfo Bécquer, Garcilaso de la Vega, Jorge Manrique. Su carácter decadente, espíritu aristocrático y visión pesimista de la vida hacen que los metros, temas y estilos adquiridos se transformen en algo propio en lo que ya es difícil hablar de influencias claras. Temas constantes de sus obras son los asuntos morbosos, los lamentos de amor, cargados de alusiones eróticas, cuyo objeto principal es su hermana muerta. En general, el sesgo de su poesía es sombrío y tiene un sostenido carácter de elegía, pues alude con frecuencia a personas difuntas, a tumbas y fantasmas, muy en la línea de otro de sus modelos, el estadounidense Edgar Allan Poe.

Sus obras líricas conocieron una edición póstuma con El libro de versos (1923), porque se habían publicado sueltas y desperdigadamente, lo mismo que su novela De sobremesa (1925), típica ficción modernista cuyo personaje protagónico, José Fernández, es el artista en conflicto con la sociedad burguesa, un hipersensible y enfermizo joven surgido de ambientes decadentes, que se complace en la contemplación angustiosa de un mundo que no parece creado para su existencia. Podría caracterizarse como novela de conciencia en la que además alternan varias voces narrativas.

En la obra de José Asunción Silva, el profesor y crítico literario colombiano Fernando Ayala Poveda distingue tres épocas: la primera es de formación, de tendencia romántica, y en ella se sitúan los poemas: Crisálidas, Ars, Al oído del lector, Juntos los dos, Resurrecciones, Mariposas, Luz de luna, Obra humana, La respuesta de la tierra. Estas obras se mueven entre un sentimentalismo suave romántico con temas sobre el destino del hombre, la fe, la naturaleza. La segunda etapa corresponde a su encuentro con el simbolismo, tras su viaje a Europa. Poemas de esta fase son Nocturnos, Día de difuntos, Crepúsculo, Los maderos de san Juan, Muertos, Midgnight dreams, Vejeces. En ellos hay un estilo modernista intimista de gran musicalidad en la que el poeta habla de sus sentimientos más personales. Por último, la tercera etapa corresponde a sus últimos años desesperados y pesimistas. Las poesías El mal del siglo, El recluta, Serenata, Al pie de la estatua, Egalité, Filosofías son obras de este periodo tocadas por el pensamiento nihilista y decadente en las que, tanto a través de un crudo realismo como de una sarcástica ironía, se muestra la amargura del poeta.

Pero su obra por excelencia es el celebérrimo poema “Nocturno III”. Este poema apareció en una revista de poca difusión de Cartagena de Indias y es una rememoración de su hermana muerta. El poema arranca de la soledad de la noche; en ella el poeta cuenta su soledad y la del mundo y acaba con la soledad de la muerte que se funde con el amor perdido y eterno. El verso libre, la ausencia de rima, los acusados encabalgamientos, la osada adjetivación, las metáforas sorprendentes, la musicalidad sinfónica de las palabras hicieron, ya en su época, que se considerara no sólo como el mejor ejemplo de poesía modernista colombiana, sino como una revolución y un hito en el tratamiento de la poesía española.


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