La hebra de relámpago
Me estaba peinando ante el espejo
y como un pez, sospechado entre la sumersión
y la espesura, una cana brilló su hebra de
relámpago.
Empecé a deletrear mechones hasta tenerla
firmemente entre mi pulgar y mi índice.
Cuando ya estaba por dar el tirón suicida,
me detuve. Decidí no cambiar de nombre,
no empezar una careta minuciosa. Decidí
no ser otra persona.
Me estaba peinando ante el espejo
y como un pez, sospechado entre la sumersión
y la espesura, una cana brilló su hebra de
relámpago.
Empecé a deletrear mechones hasta tenerla
firmemente entre mi pulgar y mi índice.
Cuando ya estaba por dar el tirón suicida,
me detuve. Decidí no cambiar de nombre,
no empezar una careta minuciosa. Decidí
no ser otra persona.