Mi privilegio
Imposible no saltar,
conquistas atmósfera toda
develándote una vez más.
Dulce, ¡Oh María!, Loynaz
de tu castillo refugia sueños,
mariposa
-atada más a su pureza y fragancia
que por el verde candil-
vuelas
-pese a todo-
de ventanas a venas
de mí a él
y te diseminas...
repollos a prima hora.
Aunque descanse yo
en las páginas de tu jardín
aunque me siente a escuchar de mis ojos
tu inminente despedida
cual gallardo infante,
aunque rebase tanta solfa hecha verso,
tengo más:
tengo el privilegio de tu rostro
de tu voz.
Imposible no saltar,
conquistas atmósfera toda
develándote una vez más.
Dulce, ¡Oh María!, Loynaz
de tu castillo refugia sueños,
mariposa
-atada más a su pureza y fragancia
que por el verde candil-
vuelas
-pese a todo-
de ventanas a venas
de mí a él
y te diseminas...
repollos a prima hora.
Aunque descanse yo
en las páginas de tu jardín
aunque me siente a escuchar de mis ojos
tu inminente despedida
cual gallardo infante,
aunque rebase tanta solfa hecha verso,
tengo más:
tengo el privilegio de tu rostro
de tu voz.