Poema de las voces
–¿Quién me habla?
–La voz del viento.
–¿Qué quieres?
–Verte volar.
Te enseñaré en un momento.
¡Ven, sube y haz un intento
y después podrás soñar!
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Soy tu pasado
–¿Qué quieres?
–Resucitar.
Volverás a ser un niño
y sentirás el cariño
que perdiste al madurar.
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Yo soy la vida.
–¿Qué quieres?
–Poderte amar.
Que te entregues sin medida
a tu pasión preferida.
Ven, déjate enamorar.
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Yo soy la muerte.
–¿Qué quieres?
–Finalizar
todo proyecto inconcluso
y los sueños que pospuso
el que no aprendió a volar.
–¡Que me hablen, que me hablen!
¡Dios mío... no hay nadie ya!
–¿Quién me habla?
–La voz del viento.
–¿Qué quieres?
–Verte volar.
Te enseñaré en un momento.
¡Ven, sube y haz un intento
y después podrás soñar!
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Soy tu pasado
–¿Qué quieres?
–Resucitar.
Volverás a ser un niño
y sentirás el cariño
que perdiste al madurar.
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Yo soy la vida.
–¿Qué quieres?
–Poderte amar.
Que te entregues sin medida
a tu pasión preferida.
Ven, déjate enamorar.
–Mañana. No tengo tiempo
y aún queda mucho que andar.
–¿Quién me habla?
–Yo soy la muerte.
–¿Qué quieres?
–Finalizar
todo proyecto inconcluso
y los sueños que pospuso
el que no aprendió a volar.
–¡Que me hablen, que me hablen!
¡Dios mío... no hay nadie ya!