Paraíso
Estuve siglos custodiando montes,
circunvalando páramos helados
y escudriñando mil constelaciones
sobre infinitos campos solitarios
a la espera de nada. Oteando el cielo,
esquivando países de maleza
y sumando letárgicos inviernos
al calendario de mis horas huecas.
Dormí sobre la tierra, estudié soles
y lunas; fundé puntos cardinales
que nunca coincidieron con el norte...
y me encontré llorando ante el paisaje.
Pero un día –desliz de la distancia–
nos vimos junto al agua frente a frente
y enfermos de una sed enamorada,
decidimos bebernos para siempre.
Y te volviste llano. Y yo fui monte.
Y ataviada con todas las estrellas
repujaste en mi brújula tu nombre:
“EVA”. Me conformé a tu falso norte.
Y fuimos dos para poblar la tierra.
Estuve siglos custodiando montes,
circunvalando páramos helados
y escudriñando mil constelaciones
sobre infinitos campos solitarios
a la espera de nada. Oteando el cielo,
esquivando países de maleza
y sumando letárgicos inviernos
al calendario de mis horas huecas.
Dormí sobre la tierra, estudié soles
y lunas; fundé puntos cardinales
que nunca coincidieron con el norte...
y me encontré llorando ante el paisaje.
Pero un día –desliz de la distancia–
nos vimos junto al agua frente a frente
y enfermos de una sed enamorada,
decidimos bebernos para siempre.
Y te volviste llano. Y yo fui monte.
Y ataviada con todas las estrellas
repujaste en mi brújula tu nombre:
“EVA”. Me conformé a tu falso norte.
Y fuimos dos para poblar la tierra.