Otra vez
Otra vez, hijo pródigo, regreso
por el mismo sendero arrepentido
como el que reaparece del olvido
después de haber estado un tiempo preso.
Otra vez cabizbajo, me arrodillo
y me postro a tus pies bañado en llanto
y me cubres los hombros con tu manto
y me besas la sien como a un chiquillo.
Esta escena la has visto repetida
tantas veces, que sólo tu grandeza,
Jesús, me reconstruye en el perdón.
Hijo pródigo soy toda la vida
porque sé que a pesar de mi flaqueza
siempre rescatarás mi corazón.
Otra vez, hijo pródigo, regreso
por el mismo sendero arrepentido
como el que reaparece del olvido
después de haber estado un tiempo preso.
Otra vez cabizbajo, me arrodillo
y me postro a tus pies bañado en llanto
y me cubres los hombros con tu manto
y me besas la sien como a un chiquillo.
Esta escena la has visto repetida
tantas veces, que sólo tu grandeza,
Jesús, me reconstruye en el perdón.
Hijo pródigo soy toda la vida
porque sé que a pesar de mi flaqueza
siempre rescatarás mi corazón.