Niños en sombras
El niño duerme en la cuna
porque el niño pudo ser,
porque pudo ser su sangre,
porque pudo ser su piel;
porque la madre que un día
pensó arrancarlo del ser
hoy se enamora de verlo
y quiere volverlo a ver.
El niño duerme y su madre
le besa sus tiernos pies.
¡Flor milagrosa de carne
que pudo al fin florecer!
Los niños juegan en sombras
pero no saben con quién;
porque antes de tener nombres
los privaron de su ser.
En ese mundo no hay cunas
ni se acaricia la piel,
y no hay labios que consuelen
con besos, los fríos pies.
Los niños no duermen nunca
y seguirán sin saber
que sus madres impidieron
que pudieran florecer.
El niño duerme en la cuna
porque el niño pudo ser,
porque pudo ser su sangre,
porque pudo ser su piel;
porque la madre que un día
pensó arrancarlo del ser
hoy se enamora de verlo
y quiere volverlo a ver.
El niño duerme y su madre
le besa sus tiernos pies.
¡Flor milagrosa de carne
que pudo al fin florecer!
Los niños juegan en sombras
pero no saben con quién;
porque antes de tener nombres
los privaron de su ser.
En ese mundo no hay cunas
ni se acaricia la piel,
y no hay labios que consuelen
con besos, los fríos pies.
Los niños no duermen nunca
y seguirán sin saber
que sus madres impidieron
que pudieran florecer.