Centinela
Si pudiera teñir con sangre el día,
la hora, el minuto y el segundo
en que a golpes de terca lejanía
destrozaste la cuerda de mi mundo,
hacer retroceder el calendario
–trescientas madrugadas en desvelo–
y traerte a mi nuevo itinerario
para desempolvar mi desconsuelo...
me apresaría, amor, amada, amante,
como un viento fatal contra tu vela
hasta inmovilizar tu embarcación.
Y quebrando sin culpa tu sextante,
te pondría después por centinela,
ancla y rumbo a mi propio corazón.
Si pudiera teñir con sangre el día,
la hora, el minuto y el segundo
en que a golpes de terca lejanía
destrozaste la cuerda de mi mundo,
hacer retroceder el calendario
–trescientas madrugadas en desvelo–
y traerte a mi nuevo itinerario
para desempolvar mi desconsuelo...
me apresaría, amor, amada, amante,
como un viento fatal contra tu vela
hasta inmovilizar tu embarcación.
Y quebrando sin culpa tu sextante,
te pondría después por centinela,
ancla y rumbo a mi propio corazón.