Embaxada de venus a los dioses
Entraron en la casa deleitosa,
en un teatro rrico que allí avía,
cada qual en su silla muy preciosa
según la hedad y estado que tenía.
Venus a tal sazón, la muy hermosa,
entró con gravedad y cortesía.
Dize: «salud eterna os den los hados
padres, suegros, abuelos, y cuñados.
La causa para vuestro llamamiento,
muy illustres señores, sólo a sido
-hablando con devido acatamiento
y perdón de Vulcano, mi marido-
para pedir consejo en el asiento
de Cupido, mi hijo tan querido,
pues la hedad y valor y gallardía
pide ya que le demos compañía.
El arco con las flechas y el aljava
le dieron para caça entre las fieras
como a niño quel campo tanto amava.
Mas, él tomó la caça más de veras,
que el çielo, tierra, infierno se quexava
de sus flechas agudas y çerteras.
Y no contento de los que sujeta,
entra a buscar do tira la saeta.
Tiénenle por aleve y sospechoso,
nadie le dexa entrar en su morada,
por lo qual bive el moço temeroso
y yo con sobresalto congojada.
Querría para darle algún rreposo,
que le fuese por vos esposa dada,
porque tiniendo proprio su cuidado
no sembrará su fuego en todo estado.
Y esta dama que pido para nuera
sea de tal valor y gallardía
qual conviene al mançebo que la espera
que ya se siente lo que mereçía.
Y sea natural y no estranjera
de Toledo, donde es la monarchía,
en cuya tierra exçeden a las diosas
en sabias, agraçiadas y hermosas.
Osea, qual Ysmenia soberana,
a quien mi çetro e dado y hermosura,
y a quien la castidad le dio Diana,
y Juno la rriqueza y la ventura,
Minerva dulçe lengua cortesana,
Palas valor linaje y armadura,
que si no fuera tanto su parienta
yo quedara en juntallos muy contenta»
Entraron en la casa deleitosa,
en un teatro rrico que allí avía,
cada qual en su silla muy preciosa
según la hedad y estado que tenía.
Venus a tal sazón, la muy hermosa,
entró con gravedad y cortesía.
Dize: «salud eterna os den los hados
padres, suegros, abuelos, y cuñados.
La causa para vuestro llamamiento,
muy illustres señores, sólo a sido
-hablando con devido acatamiento
y perdón de Vulcano, mi marido-
para pedir consejo en el asiento
de Cupido, mi hijo tan querido,
pues la hedad y valor y gallardía
pide ya que le demos compañía.
El arco con las flechas y el aljava
le dieron para caça entre las fieras
como a niño quel campo tanto amava.
Mas, él tomó la caça más de veras,
que el çielo, tierra, infierno se quexava
de sus flechas agudas y çerteras.
Y no contento de los que sujeta,
entra a buscar do tira la saeta.
Tiénenle por aleve y sospechoso,
nadie le dexa entrar en su morada,
por lo qual bive el moço temeroso
y yo con sobresalto congojada.
Querría para darle algún rreposo,
que le fuese por vos esposa dada,
porque tiniendo proprio su cuidado
no sembrará su fuego en todo estado.
Y esta dama que pido para nuera
sea de tal valor y gallardía
qual conviene al mançebo que la espera
que ya se siente lo que mereçía.
Y sea natural y no estranjera
de Toledo, donde es la monarchía,
en cuya tierra exçeden a las diosas
en sabias, agraçiadas y hermosas.
Osea, qual Ysmenia soberana,
a quien mi çetro e dado y hermosura,
y a quien la castidad le dio Diana,
y Juno la rriqueza y la ventura,
Minerva dulçe lengua cortesana,
Palas valor linaje y armadura,
que si no fuera tanto su parienta
yo quedara en juntallos muy contenta»