Vos, oh común señor
A Fernando de Soria Galvarro
Vos, oh común Señor, esta criatura
vuestra ezistes del polvo, i vuestro aliento
le prestó ser, i vida, i movimiento,
i la razón derecha, i la figura.
Yo, ciego (¡i cómo ciego!), la dulçura
seguí de un breve i falso bien, sediento
(¿qué útil pudo al polvo traer el viento?),
y olvidéos, fuente llena siempre i pura.
¡Oh agrauio sin igual! ¿Qué recompensa
dar puedo, si aun me duelo escasamente,
i otra repito luego, i otra ofensa?
Largádmelas, Señor, que si las sañas
guardáis Vos, un tan franco i tan paciente
Dios, ¿en quién avrá fáciles entrañas?
A Fernando de Soria Galvarro
Vos, oh común Señor, esta criatura
vuestra ezistes del polvo, i vuestro aliento
le prestó ser, i vida, i movimiento,
i la razón derecha, i la figura.
Yo, ciego (¡i cómo ciego!), la dulçura
seguí de un breve i falso bien, sediento
(¿qué útil pudo al polvo traer el viento?),
y olvidéos, fuente llena siempre i pura.
¡Oh agrauio sin igual! ¿Qué recompensa
dar puedo, si aun me duelo escasamente,
i otra repito luego, i otra ofensa?
Largádmelas, Señor, que si las sañas
guardáis Vos, un tan franco i tan paciente
Dios, ¿en quién avrá fáciles entrañas?