Se perdió, se perdieron...
Se perdió el laberinto, se perdieron,
Mis manos en tu cuerpo,
Tus ojos en mi piel, en mis pupilas,
El tiempo en los espejos y en la nube,
Mi voz en una página escondida.
Se perdió la nostalgia, se perdieron,
Las pausas convenidas,
Tu voz en mi saliva,
Las copas derramadas y el recuerdo,
La magia del placer indefinida.
Se perdió el paraíso, se perdieron,
Tu boca en mis orejas, tus caricias,
Las sombras de los dos en las esquinas,
Y esa inmensa blancura de las sábanas,
A veces tan intensamente compartidas.
Se perdieron las almas, se perdieron
En un atardecer de primavera
Que conmemoran estos versos míos.
Se perdió el laberinto, se perdieron,
Mis manos en tu cuerpo,
Tus ojos en mi piel, en mis pupilas,
El tiempo en los espejos y en la nube,
Mi voz en una página escondida.
Se perdió la nostalgia, se perdieron,
Las pausas convenidas,
Tu voz en mi saliva,
Las copas derramadas y el recuerdo,
La magia del placer indefinida.
Se perdió el paraíso, se perdieron,
Tu boca en mis orejas, tus caricias,
Las sombras de los dos en las esquinas,
Y esa inmensa blancura de las sábanas,
A veces tan intensamente compartidas.
Se perdieron las almas, se perdieron
En un atardecer de primavera
Que conmemoran estos versos míos.