De pelos
Despierto de la siesta
sabiendo que he sesteado sobre prados lejanos
El sol entra a mi cuarto por la hermosa ventana del poniente
La mujer— Hembra cose
Viste una saya negra
Ha recogido su larga falda
sobre la desnudez brillante de sus muslos abiertos
que toman aire y sol
La seda negra acaricia sus caderas con lujuria animal
No lleva bragas
y puedo ver su mata de pelo ensortijado
ennegreciendo más la sombra de su pubis
Ha puesto contra el sol su cabellera
y tamiza en lo negro el pulcro oro solar
Tiene los labios rojos prodigando esplendor
Huele a coco y a tierra y a territorio húmedo
Hundo los ojos en su cabellera
Hundo los ojos en su abundante mata ensortijada y negra
Veo sus ojos soñando contra el sol
y en mi caldeada sangre de mamífero
responde
un espeso animal:
le brotan pelos a mi hombre profundo
—a mi cabrón más íntimo—
que me pone de pie
y me muestra el camino del Exceso
"De cacería" me digo
mientras palpo mi mazo recojo mi arco
y aliño mi carcaj
Voy sobre su pelambre bipartita
con paso bruto sobre la maraña
Me guía el olor
Me detengo y apunto
No fallaré:
la flama de sus labios señala el objetivo.
Despierto de la siesta
sabiendo que he sesteado sobre prados lejanos
El sol entra a mi cuarto por la hermosa ventana del poniente
La mujer— Hembra cose
Viste una saya negra
Ha recogido su larga falda
sobre la desnudez brillante de sus muslos abiertos
que toman aire y sol
La seda negra acaricia sus caderas con lujuria animal
No lleva bragas
y puedo ver su mata de pelo ensortijado
ennegreciendo más la sombra de su pubis
Ha puesto contra el sol su cabellera
y tamiza en lo negro el pulcro oro solar
Tiene los labios rojos prodigando esplendor
Huele a coco y a tierra y a territorio húmedo
Hundo los ojos en su cabellera
Hundo los ojos en su abundante mata ensortijada y negra
Veo sus ojos soñando contra el sol
y en mi caldeada sangre de mamífero
responde
un espeso animal:
le brotan pelos a mi hombre profundo
—a mi cabrón más íntimo—
que me pone de pie
y me muestra el camino del Exceso
"De cacería" me digo
mientras palpo mi mazo recojo mi arco
y aliño mi carcaj
Voy sobre su pelambre bipartita
con paso bruto sobre la maraña
Me guía el olor
Me detengo y apunto
No fallaré:
la flama de sus labios señala el objetivo.