Poemas de AMADO NERVO

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AMADO NERVO
Amado Nervo (1870-1919). Poeta, novelista y ensayista mexicano, afiliado en sus comienzos al modernismo, evolucionó hacia el misticismo con una poesía de enorme contenido espiritual.

Nació en Tepic (Nayarit) y realizó estudios de ciencias, filosofía y teología. En 1894 se instaló en la ciudad de México donde conoció a Manuel Gutiérrez Nájera y con él fundó la Revista Azul que pretendía llevar a cabo una renovación artística. Su primera obra, la novela El bachiller (1896), todavía mantiene rasgos naturalistas, pero sus primeros libros de poemas, Perlas negras y Místicas, ambos de 1898, ya presentan características de la poesía modernista. Ese año funda también la Revista Moderna.

En 1900 viaja a París, donde entra en contacto con Rubén Darío y Leopoldo Lugones cuya influencia le hizo abrazar por completo el modernismo. Escribe en este momento cuentos, libros de viaje, ensayos y, por supuesto, poesías que agrupó en el libro El éxodo y las flores del camino (1902), un compendio de intimismo y simbolismo.

Nervo fue una personalidad marcada por la búsqueda obsesiva de Dios y por la preocupación de establecer una relación con la naturaleza de corte místico trascendente. Su religiosidad le llevó a apartarse del modernismo para encontrar una vía propia teñida de panteísmo y fervor religioso, que algunos de sus coetáneos consideraron anacrónica. Su exuberancia religiosa la manifestó en obras como Los jardines interiores (1905), que anuncia libros de serena intimidad, como en En voz baja (1909), Serenidad (1914), Elevación (1917) y Plenitud (1918). Pero la obra por la que Amado Nervo es recordado y leído todavía con gran interés es La amada inmóvil (1922), publicada póstumamente, inspirada en la muerte de Ana Daillez, mujer a la que el poeta amó en vida. También escribió ensayos, como Juana de Asbaje (1910), en torno a la figura de la poetisa mexicana sor Juana Inés de la Cruz.

Desde 1905, y hasta el final de sus días, fue miembro del cuerpo diplomático, primero como secretario de la Legación mexicana en Madrid (España) y después como ministro de México en Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay). Nervo murió en esta ciudad y sus restos fueron conducidos a México, donde recibieron sepultura en la Rotonda de los Hombres Ilustres.


¡oh muerte!
¡Oh muerte! tú eres madre de la filosofía. Tú ennobleces la vida con un ¡QUIÉN SABE! y das sabor... [leer completo]
reparación
¡En esta vida no la supe amar! Dame otra vida para reparar, ¡oh Dios!, mis omisiones, para amarla co... [leer completo]
dice el caritativo
Dice el caritativo: «Que aumenten mis denarios, ¡oh, Padre! Quiero irlos derramando al pasar. La mi... [leer completo]
por miedo
La dejé marcharse sola... y, sin embargo, tenía para evitar mi agonía la piedad de una pistola. “¿Po... [leer completo]
la lección
Ya te acercas al final tu lección está aprendida y tu gema fue pulida y dio rosas tu rosal. ... [leer completo]
eso me basta
Este libro tiene muchos precedentes, tantos como gentes habrán sollozado por un bien amado, desapare... [leer completo]

Señor, Señor, Tú antes, Tú después, Tú en la inmensa hondura del vacío y en la hondura interior: T... [leer completo]
la hondura interior
Desde que sé las cosas bellas, los mil incógnitos veneros de, luz, las fuerzas misteriosas que e... [leer completo]
espacio y tiempo
...Esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! SANTA TERESA. Espacio y tiemp... [leer completo]
no todos...
No todos los muertos contemplan a Dios. ¿Tú piensas que basta morir para ver ese gran misterio del ... [leer completo]
corazón
Corazón, sé una puerta cerrada para el odio: de par en par abierta siempre para el amor. Sé lámp... [leer completo]
al cristo
Señor, entre la sombra voy sin tino; la fe de mis mayores ya no vierte su apacible fulgor en mi c... [leer completo]
¡oh cristo!
«Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor; ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angusti... [leer completo]
a kempis
Ha muchos años que busco el yermo, ha muchos años que vivo triste, ha muchos años que estoy enferm... [leer completo]
oh, santa pobreza
¡Oh santa pobreza, dulce compañía, timbre de nobleza, cuna de hidalguía: ven, entra en mi p... [leer completo]
pasas por el abismo de mis tristezas
Pasas por el abismo de mis tristezas como un rayo de luna sobre los mares, ungiendo lo infinito de m... [leer completo]
su trenza
Bien venga, cuando viniere, la Muerte: su helada mano bendeciré si hiere... He de morir como muere u... [leer completo]
sicut naves...
Los hombres son cual naves que pasan en la noche. . . ¡Adónde van, adónde! ¡Qué negro está ... [leer completo]
todo yo
Todo yo soy un acto de fe. Todo yo soy un fuego de amor. En mi frente espaciosa lee, mira bien en... [leer completo]
intra vulnera tua absconde me
La desventura me quitó el regalo y la serena paz de la existencia, y sembré muchos odios; mi con... [leer completo]
gratia plena
Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio... [leer completo]
oremus
Oremos por las nuevas generaciones, abrumadas de tedios y decepciones; con ellas en la noche ... [leer completo]
securitas
Murieron los QUIÉN SABE, callaron los QUIZÁ, el corazón es copa de amor, en donde cabe todo... [leer completo]
el dolor vencido
Dolor, pues no me puedes quitar a Dios, ¡qué resta a tu eficacia! «¡Dónde está tu aguijón!» ... [leer completo]
como el venero
Recibe el don del cielo, y nunca pidas nada a los hombres, pero da si puedes da sonriendo y con a... [leer completo]
¿qué estás haciendo, rosa...?
-¿Qué estás haciendo, rosa? -Estoy en éxtasis. -Agua, ¿que estás haciendo? -Aparta, ap... [leer completo]
madrigal
Por tus ojos verdes yo me perdería, sirena de aquellas que Ulises, sagaz, amaba y temía. Por tus ojo... [leer completo]
el día que me quieras
El día que me quieras tendrá más luz que junio, la noche que me quieras será de plenilunio con notas... [leer completo]
si eres bueno
Si eres bueno, sabrás todas las cosas sin libros; y no habrá para tu espíritu nada ¡lógico, nada inj... [leer completo]
azrael
Azrael, abre tu ala negra y honda, cobíjeme su palio sin medida, y que a su abrigo bienhechor... [leer completo]

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